domingo, 16 de agosto de 2009

CRISTINO BOGADO, CASI PARAWAYO, TEXTOS DE CARTON 2009


Prólogo

Punk desperezamiento

fue escrita en la –desde este impensable y redimido hoy-milagrosa década de los 90, exactamente en 1993, después del úniko viaje realmente prolongado ke he hecho: Un año sin blanca y dni en Sao Paulo. Fala de esa visita, hay un homenaje al amigo rapai hoy ya muerto, y de las cosas ke escuchábamos, fumábamos, chupábamos y leíamos. Es escritura free, post-sstronista, juvenil, ¡tenía 25 años!

El chongo de Roa Bastos

Es ya de la primera década del siglo xxi. Ojo, ke conste ke lo escribí antes de la muerte de nuestro héroe cultural, en 2003 probablemente, y no procuré ensañarme con el árbol kaído!
Usa el formato de los realitys, intenta coketear con el lenguaje del Popu, diario sensacionalista ke manipula el jopará inteligentemente, pero me salió muy sobrecargado, atiborrado de cultismos y neologismos chetos.Su fondo, si la tiene y se vislumbra en algún párrafo, es serio, la creación necesita de resistencias, destruir cual Bakunin literario, para ser.

Perro prole

Es del 2004, creo, primer fragmento de un proyecto narrativo más amplio, pero funciona bien como texto corto. Lo ke importa aká es el enviroment futurista de Asunción, la creación por resistencias en este caso tiene como blanco al Marx ke kiso liberarnos del capitalismo para esclavizarnos again a su planeta-taller! Humaniza a los animales con esa idea boluda, por eso lo he bakunizado en el epígrafe. El lenguaje es utilitario, por ende. Ríe de sí mismo, algunas veces. I envidia al perro cuando aún era libre.

Memorias de un joinzero

Empecé este texto allá por el 2000, pero la idea primera –contar tal cual aventuras ke he vivido- siguiendo la norma ke anonada siempre a mis interlocutores cuando lo proklamo: todo lo ke escribo es real (es decir, pasó, me pasó). Pero, las memorias son tan inverosímiles ke fui tejiendo mentira y verdad para equilibrar la fe del lector. Allí donde juro ke lo viví realmente seguro exagero o hiperbolizo, allí donde literaturizo, tal vez sea más sincero.
Abarca, según los ciclos autónomos, concéntricos y de racionalidades claramente distintas, los años ke viví emparejado, pero hago saltos cuántikos hacia aventuras cuyas traumas no son solo augurales o propiciatorias para mi oficio o destino literario sino como causas de virajes de conciencia en sus sucesivos mundos.

punk desperezamiento

Ha llegado a la tarde, un viernes cotidiano, un otoño falso, sin esperarlo nadie, sin imaginarlo nadie, con una bolsa voluminosa repleta de no se sabe qué, un cuerpo joven ini-dentificable, un cuerpo cargando una bolsa pesada, haciendo crujir con sus zapatos el ripio vulnerable, cruzando el barrio, de murmullos, hasta la casa del amigo, plantándose extranjero, palmeando zonzo, esperando un saludo familiar, un código tribal hace mucho olvidado, una risa, un grito, sorprendiendo con su cuerpo medio inclinado por la bolsa, trastrocando la sintaxis de su emoción, entorpeciendo la frase su asombro, per-turbando eventualmente ya las cervezas del padre, típico padre represor, padre ugly and bad kid

Ha llegado en pleno viernes laboral, a la tarde, bastante limpio con su camisa floreada y el vaquero no muy gastado, bastante decente a pesar de la pesada y voluminosa bolsa, no muy alto y el pelo largo y despeinado, cruzando el barrio con aire vencedor e ingenuo, mirando con detenimiento y ternura, como si no estuviera yendo a ningún lugar en particular, como si no se apurase, como si nadie lo molestara con una espera ansiosa, como si sólo fuera ojo y mirada y nadie fuera su fin ni tampoco su comienzo, como si ningún universo pudiera entrar en un cataclismo por culpa de sus distracciones, como si todo el tiempo que tardaba en cruzar el barrio no estuviera mirando sino soñando, como si fuera un hombre recién nacido y no un joven de más o menos veinte años, como si pareciera sordo y mudo y ciego pero al mismo tiempo energético decidido y vital, como si hubiera sido obnubilado por ese viernes veraniego y luminoso, como si fuera un niño que nunca había salido de casa, como si fuera un cuerpo sin alma, joven...

perro prole

"El trabajo humaniza"

Karl Marx

De carácter manso, movimientos suaves, casi como los de un gato, y, eso sí, vehemente en la expresión, con sus ladridos emergiendo viriles del gaznate y el atávico respingo de la cabeza para aproximarla al máximo hasta la luna invisible, así es mi perro.

Tengo que decir que, además de su amo (uno de sus amos), también soy su ‘chofer’. Los tiempos que corren exigen héroes a su altura. En ellos, necesariamente, a gente como yo le queda un papel muy secundario, el del amigo sin carácter que pregunta al Papel principal cómo le fue con la Dama, por ejemplo.

La faena rutinaria es más o menos como sigue: alguien llama a Empresas Huesos Hábiles S. R. L., y marca una cita a determinada hora del día. Generalmente, se trata de gente retirada, ex militares o policías y ex bancarios, pues estos reúnen los dos elementos básicos que forman la materia prima con la que trabaja mi perro: soledad, abandono por parte de los suyos, y dinero ahorrado en alguna caja de jubilación para tratar de paliarlo.

Mi hermanita atiende las llamadas mientras tararea algún hit de Kylie Minogue, anota las direcciones del potencial cliente, mira la agenda y confirma la hora exacta de la visita. Nosotros, mientras tanto, pasamos el rato despiojándonos el tedio en el ático infantil hasta que somos avisados por una alarma de bombero accionada por una cuerda, como las que se usan en los colectivos públicos. Puestos en pie, nos deslizamos como Batman y Robin por un tubo previamente engrasado, tomamos los datos y salimos a la calle. My sister aumenta entonces el volumen del toca-cintas, y eso es todo.

La calle tiene el aire detenido de los sueños pintados, pero sin sus mujeres desnudas, o la torpeza insomne de la resaca de la madrugada del domingo pa-teando la calle del Mercado 4, pero sin sus aromas a campo reducidos ahora en hatillos comerciables. El arnés de mi perro es la prolongación de su cautiverio, pero en versión noma-dizada, ambulante. El microclima del encierro perruno continúa, aunque sostenido por mis manos. La multi-plicidad de especies que confluyen en una especie de parche zoológico en mi perro proletario se me revela como en una intuición imbécil. Las pezuñas domesticadas en su ti-ti anodino e inofensivo tienen algo de chivo, el caucho de su hocico tiene el brillo del de los simios, el corte de pelo duro y enmarañado le cae sobre los ijares como ropaje de caballo durante un torneo medieval o de los de la caballería acorazada feudal, sus enormes ojazos de pasmo interminable son de inequívoco becerro... Una pléyade impresionante de especies se cruzan en su físico bestial, pequeños destellos engañosos o alucinados ondulan sobre la materia petisa y oscura de mi perro...


Autor: Cristino Bogado. Género: Narrativa. Páginas: 60. Primera Edición Argentina: 50 ejemplares. Fecha: Agosto 2009. Precio: $15

Los libros se pueden conseguir en Llanto de Mudo Libros, Av. Colón 355, local 61, Galería Cinerama, Córdoba.

Ruben Libros, Dean Funes 163, local 1, Paseo Santa Catalina, Córdoba.

El Baul Libros, Ayacucho 319, Córdoba

Librería Del ciclista, en Barcelona Bar
Caseros 45. Córdoba

La Fábrica Espacio Cultural, Caseros 988, Córdoba

Pachamama, Argañaraz 22, Villa Crespo, Buenos Aires

El Nautiluz, Piedras 1205, casi esquina San Juan, San Telmo, Buenos Aires

También mandamos los libros por correo a todo el mundo.

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