Yo soy el tipo
a Liliana Campazzo
Yo soy el tipo/ el bebedor de cerveza.
El que vació revólveres
en latas de cerveza
en medio del desierto.
El que se bebió las cervezas
y escribió poemas alcoholizados
en el oxidado pellejo de la arcilla.
Yo soy el tipo que atravesó el desierto
detrás de un luminoso oasis
y cuando lo alcanzó/ se encegueció de espejismos.
El que abandonó el desierto
cuando el viento desparramó poemas
con olor a cerveza
y se vino a la ciudad.
Yo soy el bebedor de cerveza
el que navegó en barcas de cristal
cuando todos reían a carcajadas
bebiendo blancas bebidas en lujosas habitaciones.
El que cantó la canción del infinito
en un bar miserable del bajo de esta ciudad/
donde los bebedores de birra
se tiran en la vereda con una bolsa en la cara
a viajar por los bordes del paraíso.
Yo soy el que se acostó con dos minas una noche
y se despertó solo y sediento
a beber una cerveza
entre bardas rojas de un desierto amarillo.
Yo soy el tipo cansado de este mundo viejo
de hipocresía y usura/
el perseguidor de una palabra luminosa
que cure las llagas de infelices y hambrientos.
Yo soy el bebedor de cerveza
el que intenta la salvación o el desesperado perdón
escribiendo sucios poemas
plagiados a otros poetastros y poetitas
en medio de esta ciudad de tristes corazones.
El poeta in-mundo peleando en este mundo
de absurdas razones para la miseria/
vate urbano o lenguaraz de baratija
esparciendo bagatela poética
a ingenuas mujercitas que lagrimean de emoción.
Yo soy el que conoce el sabor de su sangre
desde el día que nació/
y mi garganta conoce la sed
antes que el sabor de una mujer.
El que se junta con bardos y borrachos
en bares pringosos y escucha su alcohólica musa
y hace que les cree y se emociona
al menos por un rato/
el tiempo necesario para fingirme poeta
y tomarles una cerveza.
Yo soy el que vio a Dios convertido en francotirador
disparando sobre la cabeza de los creyentes
desde la azotea de un bar en medio de la ruta.
Yo soy el tipo que gritó revolución
en medio de unos cuantos hijos de puta
que deshonraron a la patria
silenciando la palabra de hombres y mujeres
a punta de fuego y sangre mutilada.
(perdón 30.000 voces desaparecidas).
Yo soy el tipo/ el bebedor de cerveza.
En el bar de la esquina
El otro día estaba en el bar de la esquina tomando una cerveza
mientras veía por enésima maravillosa vez
el gol de Maradona a los ingleses/
entonces en la mesa de al lado
alguien dijo:
- miralo a ese negro villero la guita que hizo -
- y que querés/ hay que ser bruto y pegarle a una pelota para triunfar -
- ¡y encima se floreó por el mundo con la camiseta del Che/ que vergüenza! -
- otro hijo de puta ese desgraciado/ menos mal que lo liquidaron -
- deberían volver los milicos - dijo otro
- si así revientan a este negro drogón/ como reventaron a los terroristas -
- sí/ hay que matarlo/ así no habla más -.
Yo tragué el sorbo de cerveza más caliente que haya tomado en mi vida
y miré preocupado hacia el costado
pensé que había descubierto una confabulación terrorista-musulmana
o a un grupo de mercenarios despiadados preparando un asesinato
en el viejo bar de mi barrio
pero me equivoqué.
Eran cuatro señores muy elegantes de saco y corbata
con autos caros y alarmas que espantan a los que se acercan
tomando café en el bar prohibido de mi infancia.
Eran cuatro típicos burgueses argentinos
esos respetados hombres de bien
integrantes de la maravillosa clase media argentina/
ésa que nos ha diferenciado siempre/ del resto de Latinoamérica.
Eran cuatro señores con cara de tipos preocupados
por los graves problemas del país
arreglando los males de nuestro pueblo.
Muchachos/ esto no es un poema/ ni mucho menos
esto es un grito de alarma
en el querido bar de mi barrio
hay cuatro tipos
preparando un magnicidio.
En medio de la ruta 22
al maestro Carlos Fuentealba
fusilado por la policía neuquina
Una columna de gente avanza por la ruta 22
son cientos/ miles y se siguen sumando
van cantando/ lanzando consignas al viento
de a ratos bailan y ríen
ríen como si el cansancio fuera una bendición
son maestros/ profesores/ alfabetizadores/ alumnos
que van en pos de un mundo mejor
un mundo de hijos y padres con ansias de sabiduría
para crear un mundo nuevo de hombres y mujeres libres.
Esos maestros reclaman pan y libros
esos alumnos reclaman palabras y sueños
maestros y alumnos aprietan una tiza en la mano
y el cielo del desierto del sur
es un inmenso pizarrón de esperanzas aladas.
Entonces aparecen los esclavos del poder
con esos uniformes manchados de inagotable sangre
desde hace mucho tiempo/ desde hacen tantas muertes
y la orden del poder es: REPRIMIR
“repriman a esos hombres y mujeres
que muestran una luz en medio de la oscuridad/
y elijan a uno para escarmentarlos/
a uno que enseña en un barrio tomado por la necesidad
en una villa con hambre de conocimiento y sed de justicia/
elijan a uno y FUSÍLENLO por la espalda
a un metro de distancia
apúntenle directamente a la cabeza
destrocen esa cabeza que piensa y enseña
ahí adentro se esconde el mayor de los peligros
ahí adentro se esconde la LIBERTAD.”
LIBRO AGOTADO
Autor: Aldo Luis Novelli. Género: Poesía. Páginas: 108. Primera Edición Argentina: 100 ejemplares. Fecha: abril 2009. $20
Ruben Libros, Dean Funes 163, local 1, Paseo Santa Catalina, Córdoba.
El Baul Libros, Ayacucho 319, Córdoba
Librería Del ciclista, en Barcelona Bar
Caseros 45. Córdoba
Pedido: textosdecarton@gmail.com
un abrazo fuerte desde Bolivia y todos nuestros buenos deseos para la nueva cartonera.
ResponderEliminarEn una de las esquinas de Vereda Sur, hay fiesta celebrando tus poemas cartoneros, Aldo.
ResponderEliminarHay gente festejando que haya un tipo que siga atravesando desiertos, persiguiendo palabras luminosas por los canales internos del corazón del cartón.
Desde una de las eaquinas de la Vereda Sur, levanto mi copa de cerveza y brindo por tu obra.
Un abrazo. Marta Goddio. Santa Fe . Argentina
Desde los bordes del desierto a esa esquina sur de la vereda santafecina acepto el brindis Marta, bebamos hasta que el mundo se recomponga.
ResponderEliminarGracias amiga.
aldo.-
Textos de cartón pero no pintado, o sí pero en el
ResponderEliminarcorazón y en la cabeza donde no se borrarán nunca. No tengo cerveza satafesina como Marta pero por ahí algún malbec, en algún momento, para celebrarlo con vos en alguna vereda de un bar donde se pueda fumar. En Rosario, baires o el
desierto que vos poblás de tu ser sublime.
Concepción Bertone
Què buenos poemas!!, me enorgullece que seas un amigo, y aunque conozca los textos, el releerlos es una nueva recompensa, con vos la palabra se celebra y es un disfrute caminar tus versos, tus verdades ineludibles.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lily
Poetas, que puedo decirles, estoy exultante, todas mujeres, bellas mujeres, Marta, Conce, Lily me siento maldito entre tantas mujeres...
ResponderEliminarAhora voy corriendo a robarle el gabán negro a Archibaldo y voy volando hacia ustedes...
Gracias.
aldo.-/desde los bordes de la emoción.-
Gracias todos por disfrutar de la poesía de Aldo.
ResponderEliminarUn abrazo