domingo, 29 de noviembre de 2009
ANDRÉS NIEVA, POEMAS PIEDRAS, TEXTOS DE CARTÓN
LXXXV
Buena suerte. El paraíso no está acá. Pongo el piloto automático y sigo. Caminar me ayuda para no pensar. La llovizna es arrastrada por el viento. Me protejo de la gente debajo de una garita. La calle parece un río aunque todo el mundo sabe que no. Empiezo a silbar Positively 4th street y el mundo me parece pequeño. Más pequeño que una canción.
CX
Afuera esta la calle pisada por los autos que a veces detienen la marcha y vuelven a acelerar. La casa está en silencio, que se pierde cuando las paltas caen al suelo. El hogar encendido invita a beber una copa de vino y sentarse en el pasillo. Sin pensar, mirarse en el fuego incendiarse y transformarse en cenizas.
CXVI
El poema hace equilibrio en el cordón de la vereda. Versos rotos del cansancio y la ambigüedad ensucian papeles guardados en baúles. La palabra ataca defiende
y deja desnudas las paredes de nuestras almas. La sonoridad del viento, la tristeza, la melancolía, el dolor nos empujan a escribir. La alegría NO!
CXXIII
En el aula era el cantante de cuarteto, cantaba incansablemente las canciones de Trulalá, Chébere y la Mona. Concurría a fiestas negras en el pueblo y tomaba ginebra barata
con el portero del colegio. Antes del final pasó todo un feriado escuchando y cantando sus canciones que había escrito en un cuaderno Gloria. Luego se ahorcó en el baño.
CXXXII
Viernes por la noche, bebo un poco de cerveza. Afuera enfrente de casa está el colegio de árbitros, cada viernes se juntan a emborracharse. Huyen de sus casas. ¡Antidoping a los árbitros!
CXXXIV
Escribía poemas en las paredes y comía de lo que encontraba revolviendo en la basura, antes había sido empleado de correo, luego la esquizofrenia lo atrapó. En su ciudad recopilaron los poemas y también hicieron una película. Hace unos años murió. En la casa de unos amigos tienen un perro y en su honor le pusieron de nombre Cachilo. Es el perro más feliz de la ciudad, te muestra sus dientes ofreciendo amistad. Luego sube al altillo y mira la ciudad.
CXXXVII
Lo que mata es la humedad, un vaso de cerveza helada te quita por unos minutos, desesperación. Matan las ganas de sentir cosas. Viajar y escribir acerca de la firmeza de las palmeras, los perros vagabundos, las islas perdidas y sobre la gente que se entierra en arena.
Autor: Andrés Nieva. Género: Poesía. Páginas 52. Primera edición: 50 ejemplares numerados. Novienbre 2009. Precio: $15
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Felicitaciones Andrés por la mucha actividad de publicar!!
ResponderEliminarYo estoy perdido del mundo, trabajo, calor... por ahí subo algo al blog. Mucha suerte con todo!!!!!!!!!!!!!!!!!
Andres sin palabras (y eso que es dificil dejarme mudo)
ResponderEliminarAndres sos un genio en tu género te felicito me saco el sombrero.besos
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